EL SUEÑO DE JACOB, Ribera
“I forget to pray for the angels and then the angels forget to pray for us...” Leonard Cohen
¿Quién ha visto, dime, entre el fragor de los cuerpos transeúntes, en el trasiego de visitas veloces, protocolarias, estas etéreas almas alígeras, estos ángeles incandescentes que escalan por la luz hacia los cielos en el místico sueño de Jacob?
¿Ha visto alguien estas doradas sombras, siluetas casi transparentes que titilan en el contraluz de las nubes?
Ribera, pintor claroscuro, pintor de la ruda piel ajada y de la tierra en los pies sucios, trazó en este lienzo figuras de luciente niebla, alas espirituales, sutiles, disueltas en vagos resplandores...
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SAN PABLO ERMITAÑO, Ribera
Manos del ermitaño: el tiempo está en su piel, en su desgaste, más aún que en el cráneo ante el cual medita.
Piel del ermitaño, tan lívida y tan fina, tan próxima ya al esqueleto.
Desnudez del ermitaño, mórbida desnudez, sólo atenuada por su faja de mimbres trenzados.
Osamenta que se trasparece en la dureza de las rótulas y los tobillos, en los sarmientos pelados de los nudillos y los pómulos.
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EL BUFÓN CALABACILLAS, Velázquez
Mirado de cerca, el rostro de Calabacillas está desenfocado, borroso, como si el pintor no hubiera podido fijar mejor su mirada estrábica, movediza, libelular...
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